Prado Esteban Diezma. «Feminicidio o auto-construcción de la mujer»

Feminicidio o auto-construcción de la mujer. Prado Esteban Diezma, Aldarull Ediciones, 2012, 461 pp. 16€

Por Prado Esteban  

En el encabezamiento de uno de sus libros, Reflexiones sobre las causas de la libertad y la opresión social, Simone Weil coloca una cita de Spinoza, “en lo que concierne a las cosas humanas, ni reír, ni llorar. Ni indignarse, comprender”, magnífico propósito que ha sido el impulso motivador de “Feminicidio o auto-construcción de la mujer”. sorollaA este primer volumen que tendrá continuidad en un segundo texto lo subtitulamos “Recuperando la historia” por entender que la falsificación del pasado es uno de los elementos estratégicos del proyecto estatal para destruir al pueblo como polo de vida política y convivencial ajeno y opuesto a su poder ilegítimo, para demoler los vínculos y estructuras primarias de la vida en sociedad y a todos y cada uno de los individuos que componen la gran masa de los sin poder.

La destrucción de las mujeres a través de la tutela y protección patriarcal del Estado es la forma concreta que adopta la demolición de la humanidad en nuestro sexo y corre paralela a la liquidación de los hombres y la virilidad hoy ya muy avanzada. De tal proyecto se espera el nacimiento de un nuevo infra-ser ya no plenamente humano apto tan solo para el trabajo y el consumo, sin vida afectiva, sexual o convivencial, sin erótica, sin ética ni estética, puro animal laborans u homo animalis.

Comprender estos procesos, su verdadera naturaleza y su gestación histórica es la primera necesidad del tiempo presente, por ello “Feminicidio o auto-construcción de la mujer” indaga en estos asuntos desdeñando los grandes sistemas teóricos de pensamiento, buscando en la experiencia y los hechos verificables la verdad de la historia que no solo es “maestra de vida” como entendió la filosofía clásica, sino que es un constituyente fundamental e irreemplazable del propio ser como muy bien asevera Xavier Zubiri en “Tres dimensiones del ser humano: individual, social, histórica”.

Así, frente al mito sobre el patriarcado divulgado por las corrientes sexistas y feminicidas a través del gran aparato institucional y académico, hemos investigado sus causas políticas, culturales y económicas, es decir su existencia real que, en su versión contemporáneaen lo que se llama España, proviene del Código Civil de 1889. Éste fue elaboración de un parlamento elegido por sufragio restringido, el cual excluía de toda participación política, incluso formal, al 95% de los varones y al 100% de las mujeres, de manera que ni siquiera en ese sentido, tan insustancial, puede ser obra “de los hombres” en general, pues lo fue sólo de una minoría de varones de las clases altas. Analizar esto es la vía hacia una comprensión objetiva y fundamentada de ese componente del gobierno de la sociedad por las elites del poder.castilla cuadro

Enorme importancia tiene demostrar que no hay misoginia en nuestros fueros municipales y cartas de población de los siglos IX-XIII. Nos hubiera gustado citar muchos más de estos documentos pero no es posible por motivos de tiempo y espacio, así que nos hemos limitado a unos pocos. Esto nos llevó a inquirir en la naturaleza no sexista del cristianismo revolucionario, asunto bastante menos innovador, ya que es sabido desde siempre que fue en gran medida un movimiento de mujeres, además de esclavos, libres pobres y otros oprimidos por el aparato de poder romano.

Similar función tienen las novedosas reflexiones sobre la imagen de la mujer en El Quijote, que expresa cuál era la vida de las féminas en los ambientes populares en el siglo XVI, lo que contribuye a refutar la idea central del neomachismo feminista, que el patriarcado está en el mundo popular desde siempre y que sólo puede ser desalojado de ahí por el Estado. Que tal interpretación es rigurosamente falsa se desprende de los datos aportados.

Lo mismo significan los muchos estudios particulares que ofrecemos, bien documentados y contrastados, sobre la condición real de las mujeres en la extinta sociedad rural popular tradicional, viva hasta hace sólo unos pocos años. Lo que el sexismo institucional arguye sobre el mundo rural, sin aportar pruebas y atropellando lo expuesto por las mujeres que en aquél han vivido, es una expresión más de la inquina de la modernidad estatal, urbana, tecnológica y capitalista contra él, incluso cuando ya ha sido no sólo vencido sino también aniquilado.

Todo apunta a que es la modernidad, el progresismo y el Estado contemporáneo, estatuidos aquí por la Constitución de 1812, los que han establecido el patriarcado y el machismo contemporáneos. Lo prueba la inclemente misoginia emergida de la revolución francesa, referencia y guía de la modernidad mundial. En investigar este asunto hemos invertido bastante tiempo, mostrando las disposiciones anti-femeninas decisivas de dicha revolución, lo que es ocultado por casi todos los estudios sobre ella. Tales fueron recogidas en el Código Civil francés de 1804, aún hoy vigente aunque modificado.mujer trabajadora

Hemos estudiado la principal denuncia de la misoginia, estructural y teorizada, de la revolución francesa, la “Declaración de derechos de la mujer y la ciudadana”, 1791, obra de esa valerosa e inteligente mujer que fue Olimpia de Gouges, guillotinada por el republicanismo jacobino a causa de sus imputaciones.

Hemos indagado la ideología anti-femenina del republicanismo español, así como de la izquierda, concluyendo que la forma como concebían a las mujeres era más  degradante, que la de la derecha y la Iglesia, lo que ayuda a explicar que aquéllas apoyasen, en 1936-1939, más al franquismo que a la causa republicana.

No menos decisiva ha sido la exploración de la función que inmensas masas de mujeres han tenido en el mantenimiento del patriarcado. No ha sido fácil seguir la pista a la activa participación de aquéllas en la victoria del régimen franquista en la guerra civil, con poderosas agrupaciones de féminas fascistas actuando en la retaguardia republicana, asunto estudiado en monografías innovadoras como la de Sofía Rodríguez López, y en otros textos.

Si el franquismo contó con el apoyo entusiasta de una multitud compacta de mujeres organizadas, convencidas y entusiastas que puede cuantificarse en más de un millón, sin las cuales no hubiera ganado la guerra, es legítimo concluir que las mujeres, lejos de ser sólo víctimas del patriarcado son también sus co-autoras y co-mantenedoras. Esto desautoriza el discurso victimista y la pretensión de que sean compensadas ahora con privilegios (discriminación positiva) por padecer el patriarcado sin cooperar con él.

El patriarcado aparece en el análisis ateórico como un régimen político, y también económico, cultural, relacional e ideológico, destinado al control y la dominación política de las mujeres (y, en realidad también de los hombres) por procedimientos singulares, creado históricamente por los Estados, dejando de ser consecuencia de la perfidia masculina y la incapacidad femenina. Nótese que la explicación que asigna a las mujeres un papel totalmente pasivo y subordinado, de meras víctimas, es una reinterpretación ideologizada de la historia conforme al machismo más rancio. Es observable igualmente, que los hombres no resultaron beneficiados por ese sistema, pues sus privilegios fueron formales y sus obligaciones, como soldados y productores, ásperas e inhumanas.mujer sovietica

Hemos demostrado que el patriarcado no es un sistema homogéneo e idéntico a lo largo de la historia porque ha sido el resultado de una trama de circunstancias entre las que la resistencia que han opuesto las clases populares, las mujeres y los hombres, a su existencia es un elemento fundamental. Los momentos de mayor ascenso de la sociedad patriarcal se corresponden con los de declinación de la oposición auténtica por parte de los y las oprimidos por él.

Nuestras investigaciones evidencian la función activa y determinante, para bien y para mal, que las mujeres han tenido en todo el acontecer humano. Así, resultan pensadas y presentadas como seres humanos integrales, lo que ha sido su auténtica existencia histórica.

En el segundo volumen, actualmente en construcción continuará este análisis tomando como centro los problemas más actuales que afectan a las mujeres pero también a los hombres sometidos a una destrucción en el plano político, civil, moral, existencial y físico tan descomunal como la que afecta a las mujeres.

Prado Esteban Diezma

http://prdlibre.blogspot.com.es/

 

 

13 respuestas a “Prado Esteban Diezma. «Feminicidio o auto-construcción de la mujer»”

  1. […] comportamiento al tiempo que suelen llegan a resultar hedonistas. La bioideología ecologista, la feminista y la de la salud serían las más destacadas. Y quizás esta última resulta la más sutil y menos […]

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